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Inflación en Argentina: alarmas, causas y consecuencias.

La dinámica inflacionaria de los últimos meses desestructuró los planes económicos para el 2021 y enciende señales de alarma que deben ser atendidas. En el año en curso existen riesgos ciertos de que Argentina esté entrando en un nuevo régimen de inflación con un piso más elevado que el visto en la historia reciente. El aumento generalizado de los precios tiene un impacto directo en el valor de la canasta básica y por ende una correlación directa con el poder de compra de los ingresos y los índices de pobreza e indigencia.

Dada la complejidad de la inflación realizamos un seguimiento de las variables que podrían estar involucradas para poder dilucidar qué factores están detrás de los aumentos de precios. En primer lugar, las tarifas estaban congeladas desde abril de 2019 por lo que no hicieron ninguna contribución al aumento en las tasas de inflación, más bien todo lo contrario. En segundo lugar, en lo que respecta al frente cambiario se abren varios frentes. Por un lado, encontramos una desaceleración fuerte del ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial. Si bien el pass-through puede tener algo de rezago, lo cierto es que pareciera que esta apreciación del tipo de cambio no se está transmitiendo con la fuerza suficiente al resto de los precios de la economía. Así, dos variables históricamente utilizadas como anclas inflacionarias (tarifas y tipo de cambio) no estarían surtiendo el efecto esperado.

Por otro lado, si bien la brecha cambiaria se ha venido reduciendo desde los máximos alcanzados hacia fines del año pasado, los dólares financieros están teniendo un rol más importante para la fijación de precios. Por otro lado, el incremento notable de los últimos meses en el precio de los commodities exportables de nuestro país ha jugado un rol relevante en el aumento de los precios internos.

Sin embargo, dado que la inflación es el emergente de un proceso económico-social complejo, es necesario incorporar otras variables relevantes como la estructura económica y la distribución del ingreso (o puja distributiva). Así, los salarios han mostrado un crecimiento menor a la inflación y los márgenes se han incrementado sostenidamente en los últimos años y podría representar otra causa explicativa de la dinámica inflacionaria. La productividad laboral ha empezado a recomponerse y, simultáneamente, los salarios monetarios no logran superar los niveles de precios durante los primeros meses de 2021. Por lo tanto, si este razonamiento es correcto, la participación del excedente en el producto siguió aumentando en este período.










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